Llevaban varios días buscando a los otros y a su vez escondiéndose de los otros, cuando lo encontraron. El campamento estaba abandonado. Buscando armas, munición o comida, lo encontraron. Fajos y fajos de billetes. Billetes pequeños y sin marcar, como en las películas. Al principio intentaron contarlo pero la tarea era titánica. Terminaron por dividirlo al peso. Se fueron a la ciudad y como era de esperar se lo gastaron en alcohol y putas. Pero solo después de comprar dentífrico y lavarse los dientes. Lavarse los dientes hasta hacer sangrar las encías. La guerra es extraña. (Las historia "verídica" AQUÍ)
" Por entonces, Viterbo todavía hacía de banco. Le interesaba la plata, las libras, los billetes argentino. Tenía guardados miles de dólares y cinco mil millones de argentinos que fueron juntando de los helados y de las casas vacías de la isla.
Al Turco, como a los otros Reyes, la plata no le interesaba.
- No va a servir de nada... - decía.
- Cuando volvamos... ¡cuando volvamos va a servir...! - se entusiasmaba Viterbo.
- No... ¡ No va a servir una mierda...! decía el Turco y volvía a repetir su plan -: Comida, coque, querosén, azúcar, yerba, lugar seguro. Y primero que todo: comida y carbón- ¡ La plata no te va a servir para una mierda!
También en eso tenía razón."
Los Pichiciegos
Rodolfo Fogwill
(Recomendadísima. Editorial Periférica. Sobre el absurdo de una guerra absurda que vuelve a estar de actualidad. Las Malvinas.)
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