jueves, 29 de marzo de 2012

Paseito

Un paseo por el lado salvaje, es una maravilla. 


Dove Linkhorn no es más que un condenado a la desgracia, hijo de la América más profunda, un réprobo. Marginal de nacimiento, solo tiene una meta: largarse de su pueblo, llegar a la Ciudad, triunfar, es decir, ganar dinero. Un ignorante en todo sentido.

"En el sueño, su rostro parecía furtivo pero inocente, como el de alguien que ya ha sido condenado por un crimen que todavía no ha podido cometer por no haber crecido lo suficiente. Cuando creciera para cometerlo, descubriría cuál era el delito."


Nelson Algren (Titán! tendrá más adelante una entrada para el solito) no deja que la sórdidez del mundo en el que se desenvuelve la novela afecta a su prosa. Las situaciones, los personajes (chulos, putas, perdedores, borrachos) contrastan con el constante soplo poético que arropa las páginas (409) que vuelan al ritmo de canciones, las que aparecen en boca de todos los personajes, canciones gospel, canciones tradicionales, letras y versos que animan vidas grises, avocadas al llanto, al golpe de pecho.

"Y caminó tranquilamente y sin que lo vieran por delante de hombres hundidos y otros que se hundían: drogotas, negratas, tipos extravagantes y de miradas retorcidas; jovencitas, reinonas y putas raídas, Pedigüeños ulcerosos tullidos y cancerosos, vendedores ambulantes de lápices tuberculosos, borrachos tambaleantes. Gatos viejos y enfermos de todas partes que maullaban al pasar."


Algren nos muestra el otro lado del Sueño Americano. No es precisamente una pesadilla, es solo un sueño extraño, de indigestión. La noche y el día. Los callejones oscuros y las persianas bajadas. El camino curvo, no el recto. Donde los billetes desaparecen víctimas de los vicios, las amistades que vuelan, los bares, ah! los bares que bien los conoce Algren y que bien los describe,

" Gracias a su aire tan viciado, al pésimo whisky, a las bebidas tan caras y a que resultaba tan difícil llegar al local, todo el mundo iba al Dockery's Dollhouse noche tras noche mientras otros bares se quedaban vacíos.
Todo el mundo, claro, menos los agentes de la ley. A esos tugurios caóticos y torcidos, donde hasta el suelo se inclinaba ligeramente, nunca iba la policía. Cuando se oía el silencio  que avisaba de que se avecinaban problemas, el viejo cerraba los postigos hasta que pasaban los problemas".

Entendemos y compartimos la fascinación que a lo largo de los años ha generado esta novela

 
Lou Reed
Take a Walk on the Wild Side

lunes, 26 de marzo de 2012

The Beats

Me fue regalado un cómic, ahora llamado novela gráfica, bastante interesante sobre el surgimiento, importancia e influencia de la llamada Generación Beat. El libro se centra en las figuras de Kerouac, Ginsberg y Burroghs. Nos narra sus vidas (azarosas, protestantes y quinquilleras). Es crítico, es informativo, es bonito y es entretenido. Los Beats eran gente guay, deduzco tras su lectura. También es cierto que tenían problemas habituales (con las drogas, con la ley, con el sexo, con las armas). Una buena lectura. Me quedo con el dato: Beat es molido, cansado, beat era una palabra habitual en los yonkis de la época. Era como se encontraban constantemente.




De estas tres figuras la más desconocida para el público menos especializado es William Burroughs. Un tipo que vivió toda su vida al límite de la experimentación con las drogas. En su afán por encontrar una sensación aún mayor (tal vez también por intentar olvidar el accidente en el que él mató a su esposa de un disparo en la cabeza), viajo a Colombia en pos de la Ayahuasca, un potente alucinógeno que se encuentra en la selva amazónica. De ese viaje queda constancia en el intercambio de cartas con Ginsberg, publicadas en el libro "Las Cartas del Yagé" y del cual rescato un fragmento (con el que reí de lo lindo!) que creo, capta a la perfección el espíritu de Burroughs

Nos sentamos a la luz de la luna, al costado del camino, y él dejó caer su codo en mi ingle y dijo: “Mister”, y lo que oí después fue: “¿Cuánto me va a dar?”. Quería treinta dólares, evidentemente calculando que él era una mercadería escasa en el Alto Amazonas. (…) De algún modo se las arregló para sacarme veinte dólares y los calzoncillos (cuando me dijo que me quitara los calzoncillos pensé, caramba, que tipo apasionado; pero no era más que una maniobra para birlármelos).



jueves, 22 de marzo de 2012

Futuro Pasado

El sueño fue así:

Una ráfaga de Futuros frente a mí. 
Una sucesión de rostros. Imágenes sin parar, una detrás de otra, como un profesor que enloqueciera al pasar las diapositivas, que perdiera el ritmo, que ametrallara a sus alumnos con imágenes, imposibilitando así que tomen apuntes. Fabricando el suspenso.
Rostros que en algún momento conocí, algunos que Ame. (Amores consumados y quemados, amores que no prendieron, amores cobardes y amores imposibles, amores no natos y amores jubilados).
Rostros familiares y desconocidos. Rostros que al mirarlos me permitían, como un flash dentro del flash, ver un pasado. Un pasado del que yo era parte. Felicidad y tristeza. Sin ninguna dosis, un cóctel desequilibrado, una borrachera infame. Un Ying Yang girando descontrolado.
Claro que era un futuro mentiroso por improbable. Era un futuro que Nunca se cumpliría. Todo el pasado, el flash dentro del flash, ya había pasado sin mí. Eran Futuros Pasados.
No era premonitorio ni de advertencia. No era el fantasma de las Navidades Futuras el que venía a visitarme. No hay chance de cambio. Ya fue. No aceptamos el arrepentimiento para reducir la condena.
Rostros y Rostros, que con una solo mirada, a lo mejor alguna frase, me permitían conocer todo ese futuro que me perdí y ya nunca llegaría a ser.
Una vecina,  una compañera de clase, de trabajo, una chica del autobús. Rostros y Rostros desfilando ante mí, apareciendo de repente, como sucede en los sueños, sin explicación sin un porque, sin un orden. No había botón de pausa. Ni de rebobinar o adelantar. Un zapping demencial.
Aunque había algunos Futuros bastante Buenos, me alegraba estar en un sueño, de la imposibilidad de que se cumplieran. Los Futuros Malos tampoco estaban mal. Pero igualmente me alegraba de no haber formado parte de el.
El Futuro no para de suceder.
 
Un mal cuerpo me acompaño todo el día, una especie de resaca palpitante, sin dolor de cabeza, sin la euforia de la borrachera.
Supongo que será el cumplir años. Y el quedarme dormido leyendo cosas, tal que así:

“Las olas del corazón no estallarían en tan bellas espumas ni se convertirían en espíritu si no chocaran con el destino, esa vieja roca muda.” 

Friedrich Hölderlin

martes, 20 de marzo de 2012

Campo

Decía Kiko Veneno que probablemente el éxito (solo de crítica y con el paso del tiempo) del disco Veneno se debía a que ellos (en especial él, los hermanos no son mucho de enterarse) sabían que estaban en el campo de los Perdedores y que en ese círculo tenían que quedarse.
Bravo!
La banda sonora de una película: Vida de un Perdedor. Pero sabiendo que esa película iba a ser vista Solo por perdedores. Nada de cliches, nada de Finales Felices, nada de guiños al espectador. Ni premiers, ni alfombra roja. Solo una jodida película que no verá nadie, la que, pobrecita, no será galardonada.



Llevo unos cuantos días absolutamente Engorilado con la Lectura de Un paseo por el lado salvaje, de Algreen. Fuente de inspiración para Lou Reed y cientos más. Tremendo tratado. Es difícil escalar hasta el fondo. Es difícil quedarse solo en el Campo de los Perdedores.

jueves, 15 de marzo de 2012

Soledad

De mi primera Adolescencia (ando un poco perdido con esto de los nuevos veinte, los nuevos treinta, etc) atravesé tres etapas claramente diferenciadas y marcadas por una obsesión malsana con tres películas, que tal vez, expliquen como he llegado hasta aquí:

- Taxi Driver. Amor adolescente (o como creía que ya había madurado). Travis Binkle. La versión especial en DVD con comentarios de Paul Schrader y anotaciones al margen del guión. Dos, tres, cuatro veces por semana. Cybill. Nueva York. Es claro que en esta primera etapa de mi vida buscaba rescatar a una indefensa, ya no tanto por el amor que profesaba hacia ella si no por el odio que sentía hacia ciertos patanes que solían tener la costumbre de enrollarse con mis conocidas. No sabía como acercarme realmente a las chicas que me gustaban (no llegue al punto de invitarlas a ver porno, pero casi...) y por tanto me dedicaba, en plan salvador enmascarado, a salvar a otras de las manazas de los gañanes que pasean en abundancia por Bogotá. Resultados satisfactorios pero el final siempre fue el mismo: Soledad.
Creemos que no es necesario aclarar que por Cybill Nos Tiramos de un Puente (ipsofacto, dirá algún entusiasta, que siempre los hay)

- El Padrino. Adolescencia Tardía (o como creía que ya había madurado). La comprensión. La familia, o lo que en esas edades es lo mismo, Los Amigos. El respeto y la lealtad. Los hombres nos hacíamos mayores, comprendíamos, como Michael que el destino es aún más fuerte que la suerte, que la voluntad. Mi carácter, volcánico, muy cercano al de Sonny me llevo, si bien es cierto que no me mataron acribillado en un peaje, a tener que practicar la huida por patas, en caso de estar solo, o a la confrontación siempre y cuando estuviese mi primo un experto en el arte del puñete, la patada, y si la cosa se ponía fea, el mordisco. Primer acercamiento a la Violencia Causada por la Mujeres (indirectamente, al estilo Connie Corleone). Conseguir una Kay Adams, una abnegada, ni siquiera llego a plantearse como una posibilidad remota. El resultado: Soledad.
 Kay, la abnegada, Kay. (Debemos decir que por Diane Keaton de El Dormilon Saltamos de un Puente)

- El Club de la Lucha. Primera Madurez (re-adolescencia tardía o como volví a creer que ya había madurado). No estoy solo. Somos cientos los que pensamos así. No soy un producto. Estoy cabreado. Quiero ser Guapo y Rico. Quiero ser el Puto Brad Pitt. No soy lo que tengo. Miro por encima del hombro a los demás ya que, Yo lo He Comprendido. Ah, miserables, si supieran una pizca de la mentira en la que viven, pensaba camino al metro. Robert Poulsen. Y Marla, siempre, Marla. Un tumor doloroso esto del amor. Marla. Y la pregunta ¿porqué estás loca?. Primer Acercamiento a una Verdad Suprema: Todas las Mujeres Están Locas. (Soy consciente de la existencia de una variación femenina de esta Verdad Suprema). Si bien es cierto algo de Orégano, de ñanga ñanga, si que hubo, el resultado no pudo ser menos: Soledad.
Dilema en la Redacción. Por decisión dividida: Saltamos. (De un puente bajito o que por lo menos tenga agua debajo)
Y ahora la pregunta no puede ser otra ¿qué otras películas me tiene el destino preparadas para marcarme el paso hacia el futuro? Que Nervios....

miércoles, 14 de marzo de 2012

Confusión

Revisando y releyendo libros de G. G. M. me encuentro con este fragmento que creo que revela gran parte de la idiosincrasia colombiana. Con humor y absurdo. Y violencia, claro. 

"Los guardianes habían oído decir por la radio que Beatriz era fisioterapeuta, y lo confundieron con sicoterapeuta, de modo que le prohibieron escribir por el temor de que estuviera elaborando un método científico para enloquecerlos."

Noticia de un Secuestro
Gabriel García Márquez

viernes, 9 de marzo de 2012

Ron

Como excelso y extenuado Bebedor de Ron, como sufridor gozoso de sus efectos, me he visto en la obligación de indagar, de pesquisar, acerca de él. Y no, no solo con la sed legendaria que parece imposible de apagar (pero en que cabeza cabe, apagar un fuego con alcohol, en que cabeza) con la que he sido bendecido/castigado. En una de esas me he encontrado con este fragmento que además de educativo me ha hecho reir.
 
(Me ha sido imposible, pero la idea era meter las siguientes frases : beber hasta la sobriedad, estoy sebrio (o borracho por asimilación), y lucidez etílica. Lástima que no lo lograse, me hubiese salido una entrada redonda).
 
"Al ser un subproducto del azúcar y al dispensársele un mínimo cuidado en su hechura, muy pronto el ron estuvo al alcance de todo el mundo. En las colonias de Nueva Inglaterra era tan barato que en algunos casos el jornal de un día podía mantener a un trabajador completamente borracho durante una semana. Las riñas, los altercados, las alteraciones del orden público se volvieron cosa de todos los días. Kill-devil (literalmente, “matadiablos”) o rumbillion (“barahúnda” o “pelea violenta”) eran las palabras primitivas con que se designaba al ron y que permiten imaginar cuáles eran sus efectos cuando la gente lo bebía en exceso.
 
Con estos antecedentes, nadie se sorprenderá de que el ron arrastre la fama de ser barato y mortífero. De hecho, en todas partes de América Latina existen chanzas que celebran esta condición. En Cuba se llama a los rones malos “Chispa e tren”, “Uña e tigre”, “El hombre y la tierra”, “Espérame en el piso”, “Duérmete mi niña” o “Pancho el Bravo”. Los amantes de los deportes extremos, aquellos a quienes les gusta el destilamiento casero, beben ron Walfarina, en alegre distorsión de la palabra Warfarina, que es un veneno para ratas muy conocido en la isla. En Medellín existe el ron Jamaica, popularmente conocido como “Jumanji”, y aquí en Bogotá, sobre todo en licoreras del centro, es posible conseguir el Bretón, tan barato y tan dulce que sus malquerientes lo apodan el “Po-bretón”. Esta zumbonería llega hasta el punto de joder con la supuesta calidad inferior del ron frente a otros tragos. En algunas regiones de la costa colombiana es común que las botellas de whisky se usen para envasar rones de alambiques domésticos. Su nombre es maravilloso: “En cuerpo ajeno”. Y en Barranquilla, en lo que pudiéramos calificar como una de las propagandas más inverosímiles de la historia, se anuncia al Hattfield como “el ron para los que saben de whisky”.
 
Mario Jurisch Durán
Memoria feliz de un bebedor de ron

martes, 6 de marzo de 2012

Frase de Inicio

Leyendo a Vila-Matas (creo que fue en Lejos de Veracruz, todo lo escrito en esta entrada es de Memoria, así que puedo estar perfectamente equivocado) hablaba de la imperiosa necesidad de una primera frase magna, redonda, cautivadora que no solo marcase el ritmo de lectura si no que enganchara, arrancase el sueño y sirviese como inductor, como esas piñas que ponemos en el fuego, para que el lector, ya convertido en un ente sin voluntad, un mero zombie, se dejase llevar por los vericuetos que la lectura le proporcionase. A continuación, en un ejemplo claro del estilo V.M., proponía escribir una novela que comenzase con una frase tipo "Lo que poca gente sabe es que a las playas de Veracruz no volveré jamás"* frase con la obviamente había empezado la novela unas cien páginas atrás...
* Esta frase me inspiro un relato, donde contaba un viaje al Oriente Español, con motor reventado, dejando una mancha de indudable belleza de aceite en el asfalto y un pueblo miserable al cual, es claro, no pienso volver jamás. Un relato de Estallidos y Desamor, en medio de un ambiente Rural y Embrutecido. Lástima que no Funcionara (el relato).

Esto no es una biblioteca, le dijo el del Kiosko. A pesar de su aspecto, García Márquez, se hizo el Sueco.

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el hielo."

Así comienza Cien años de Soledad. La debí leer hace unos diecisiete o dieciséis años. Recuerdo perfectamente su inicio, sus pasajes, su locura y su verdad. La debí leer, enfebrecido y maravillado, unas seis o siete veces. Que frase más increíble. Cuanta razón suele tener Vila-Matas.

lunes, 5 de marzo de 2012

Animado

"Estaba delante de la tele y sufría como un cabrón. Sufría por Coyote. Esperaba que una vez por todas Coyote acabara con Correcaminos."

 Recientes estudios demuestran que el Coyote y MrBlu comparten el 99% de ADN

Lo primero: Lástima que tuviera morirse Félix Romeo para que me animase definitivamente a leerlo. 

Dibujos Animados es una serie de recuerdos, pequeños flashes, viñetas, de aspecto inocente y despreocupado, con voz infantil y de reiteración permanente. De agilidad oral y profundidad mental. Poco más de cien páginas donde la narración fluye (y a menudo confluye) por las obsesiones de cualquier niño: Los Amigos, la Familia, el Sexo (incipiente), Los Deportes, las Peleas, los Secretos Inconfesables, los Pactos para toda la Vida, los Miedos.
El mundo a través del relato infantil, alejado de la malicia y con esa inocencia que con el tiempo, con las canas y los kilos, vamos perdiendo. Es inevitable, aunque abundan los pasajes divertidos o graciosos, no sentir una profunda nostalgia de ese Paraíso Perdido, de esa Atlántida que todos guardamos en nuestra Memoria. Pensar, como no hacerlo!, en todos aquellos que sabíamos que estarían por Siempre  y Para Siempre y sencillamente, un día, fueron desaparecieron, poco a poco como un efecto Polaroid al revés. Para al final, solo ser una sombra, un sfumatto cada vez es más y más tenue en nuestra memoria.



"Nunca supe si mi abuelo mató a alguien en la Batalla del Ebro. Pensaba en mi abuelo cuando pensaba en la muerte. Lo imaginaba disparando contra el enemigo. Descargando el cargador con saña. Matando. La idea de matar era la imagen de mi abuelo. Sentado, liando picadura y acariciando el perro. Así era la muerte."

Félix Romeo
Dibujos Animados