lunes, 26 de marzo de 2012

The Beats

Me fue regalado un cómic, ahora llamado novela gráfica, bastante interesante sobre el surgimiento, importancia e influencia de la llamada Generación Beat. El libro se centra en las figuras de Kerouac, Ginsberg y Burroghs. Nos narra sus vidas (azarosas, protestantes y quinquilleras). Es crítico, es informativo, es bonito y es entretenido. Los Beats eran gente guay, deduzco tras su lectura. También es cierto que tenían problemas habituales (con las drogas, con la ley, con el sexo, con las armas). Una buena lectura. Me quedo con el dato: Beat es molido, cansado, beat era una palabra habitual en los yonkis de la época. Era como se encontraban constantemente.




De estas tres figuras la más desconocida para el público menos especializado es William Burroughs. Un tipo que vivió toda su vida al límite de la experimentación con las drogas. En su afán por encontrar una sensación aún mayor (tal vez también por intentar olvidar el accidente en el que él mató a su esposa de un disparo en la cabeza), viajo a Colombia en pos de la Ayahuasca, un potente alucinógeno que se encuentra en la selva amazónica. De ese viaje queda constancia en el intercambio de cartas con Ginsberg, publicadas en el libro "Las Cartas del Yagé" y del cual rescato un fragmento (con el que reí de lo lindo!) que creo, capta a la perfección el espíritu de Burroughs

Nos sentamos a la luz de la luna, al costado del camino, y él dejó caer su codo en mi ingle y dijo: “Mister”, y lo que oí después fue: “¿Cuánto me va a dar?”. Quería treinta dólares, evidentemente calculando que él era una mercadería escasa en el Alto Amazonas. (…) De algún modo se las arregló para sacarme veinte dólares y los calzoncillos (cuando me dijo que me quitara los calzoncillos pensé, caramba, que tipo apasionado; pero no era más que una maniobra para birlármelos).



1 comentario:

Francesc Bon dijo...

Quizás habría que haberle hecho más caso a estos tipos en su día.