No somos más que una sucesión de mentiras. Mentiras que superponemos, con las que nos vestimos, con las que intentamos irnos lejos de aquél que somos. Mentiras oficiosas, mentiritas blancas. Ya sabes, mentir hasta que sea verdad. No somos nada, dicen. Mentiras somos y seremos, digo. Mentiras fuimos reza nuestro epitafio.
Hay gente muy tremendista. Oiga que mentir esta muy mal, gritan al unísono. Pesadez de gente. Los hay peores, también, los hay que se disgustan ante sus propias mentiras. Horrible la vida que tienen ¡Ser presos de la dicotomía entre la Verdad del Yo y la Mentira del Yo!
Diferenciar entre el que somos y el que creemos ser, el que decimos y el que hacemos, el que somos en la profundidad del sueño y el que somos en el hipotecado atasco en el que vivimos. Y no hay otra, no puede haber más salida, al encontrar las siete diferencias debemos reírnos, reírnos y reírnos.
"me puse a intentar escribir algo propio. Pronto descubrí que aunque se me consideraba un conversador ingenioso y divertido, talento muy admirado en los círculos sociales en los que me movía, en realidad no tenía nada que decir. Hasta mi talento como conversador era el de alguien capaz de responder a las ideas ajenas pero no de iniciar ideas propias. Parecía que me faltaban tanto el talento como el impulso creativos necesarios para ser escritor"
Karoo
Steve Tesich
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