martes, 14 de septiembre de 2010

E.L. Libro

He tenido la suerte de descubrir con E.L. Doctorow. A raíz de la publicación de "Homer y Langley" (una historia que conocía de oídas)compre el libro. Genial. Busco algo más a ver si hay suerte, compro "Ragtime". Genial. Busco algo más y encuentro "El libro de Daniel". La palabra genial ya la he utilizado dos veces y en este tercer caso se quedaría corta.

Multitud de voces, de estilos, de puntos de vista, de locura y sinrazón, de un todo articulado y desvertebrado, de inconexas relaciones que nos dan la visión(es) de Estados Unidos, de la política, de las relaciones personales, de lo sacro y lo profano. "El libro de Daniel" ha entrado directamente en lo más alto de las listas.



Doctorow no teme adentrarse en ningún tema. Hace lo que la literatura debe hacer, caminar por el precipicio, asomarse lo suficiente para (intentar) ver el fondo, para retratarlo, no miente, no adorna, no busca el final feliz. Religión, política, sexo. Todo aquello que el Nuevo Fascismo (la Corrección Política para el que no lo sepa) busca adornar, limar y endulzar para que los adolescentes disminuidos no se sientan heridos, ofendidos.

Pero si esto no fuera ya suficiente para que TODOS leyeran "El libro de Daniel" en sus páginas nos encontraremos con una variedad, con un ejercicio estilístico, en una complejidad de tramas, de voces, en una abrumadora exhibición, en una demostración de poderío con las palabras que deja, por lo menos a mí, en un estado de atontamiento gozoso similar al de la eyaculación tardía.

E.L. Doctorow
El libro de Daniel
Ed. Miscelánea
382 páginas, 19 Euros

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