Volvía a casa con el corazón roto. En esas, comienzos de siglo, yo todavía tenía corazón suficiente para que me lo rompieran cada quince días. Así que volvía a casa andando y hablando solo. La situación empezaba a ser habitual, volver a casa hablando solo. Que si no la llamo nunca más, que si así es mejor, en fin, volviendo. Atardecía y todo era muy de película mala, de lagrimones de domingo por la tarde.
Despistado como iba no vi llegar a los dos jóvenes con camisa blanca de manga corta y corbata. Si, unos de esos jodidos misioneros de Utah que llevan un plaquita con su nombre en la pechera. Cualquiera que se halla haya visto en una situación similar sabrá que tienen una increíble capacidad para adoptar tu ritmo al caminar. Uno a cada lado. A pesar de mi tribulación, de mi ensimismamiento comenzaron que si esto, que si lo otro.
La verdad que se complementaban muy bien. Tenían un discurso muy elaborado y convincente. Lleno de silencios y con afirmaciones rotundas. En una de esas me dice uno: Dios Te Ama. Y el otro a continuación: Jesús Te Ama. Di un par de pasos más, dimos un par de pasos más, y les dije: pues es que ahora mismo No estoy para relaciones Serias.
Desaceleraron y me dejaron volver.
2 comentarios:
No es para criticar sino para informar: no es "halla", es "haya"...
Que Criticar ni que Criticar: Gracias!!
Tienes toda la razón del mundo.
Presente del Subjuntivo del verbo Haber: Haya!!!
Abrazo
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