En la cima, en medio de un climax de eclosión creativa, Calamaro se adentro en el Callejon del Gato. Creyo ver en su reflejo a Charly García en un espejo, ando un poco más y creyo ver en su reflejo a Dylan. Cuando salio del callejon no se atrevió a mirarse, pero los que lo vieron dicen que su en su reflejo se veía a Maradona. Y eso es feo. Y duele más.
1 comentario:
Hay quien nunca ha necesitado inventarse otras vidas.
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