Sus Al (con unas a´s larguisimas y chillonas), sus andares (pasos cortos, meneo exagerado y brazos bailarines), su incendiaria cabellera (roja, con flequillo, muy sixties) acompaño la primera adolescencia de milllones de jóvenes. Aturdidos y sin comprender muy bien el magnetismo de su belleza superior (super-hembra: aunque suene fatal) su recuerdo descansa en el inconsciente de todos y cada uno de nosotros.

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