La historia es así, o por lo menos la recuerdo así. La historia es verdadera y como casi todas las historias verdaderas, comienza así:
yo tengo un amigo que me contó:
Pues resulta que no podía cagar por más que quisiera. Días y días. Porque desde pequeño siempre me ha pasado lo mismo: fuera de casa: nanay.
Durante gran parte de mi vida esto, como se puede intuir, no me causo ningún problema.
Conocí a una chica (muy guapa: yo la conozco) y como todo iba bien pues cada vez más tiempo juntos y por tanto más tiempo fuera de casa. Yo, como sabes, comparto piso, me dijo. Si, dije pero estaba claro que no lo sabía. Y ese fue el problema. Ese.
Bajo el tono, me miro, intento fijar sus ojos en los míos:
En un año y tres meses de relación nunca fui capaz de cagar en su casa. Un día lo hablamos. Y llorando ella y yo a mitad de camino entre la consternación y el constreñimiento decidimos que ya estaba bien.
No recuerdo el final de la historia. O no quiero recordarlo. Era tarde y hacía mucho calor. Y yo sudaba sin parar. Palabrita.
1 comentario:
Una historia asi no se cuenta sin contar el final....los estrenidos del mundo te odiamos
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