lunes, 19 de julio de 2010

El Final


La historia es así, o por lo menos la recuerdo así. La historia es verdadera y como casi todas las historias verdaderas, comienza así:

yo tengo un amigo que me contó:

Pues resulta que no podía cagar por más que quisiera. Días y días. Porque desde pequeño siempre me ha pasado lo mismo: fuera de casa: nanay.

Durante gran parte de mi vida esto, como se puede intuir, no me causo ningún problema.


Conocí a una chica (muy guapa: yo la conozco) y como todo iba bien pues cada vez más tiempo juntos y por tanto más tiempo fuera de casa. Yo, como sabes, comparto piso, me dijo. Si, dije pero estaba claro que no lo sabía. Y ese fue el problema. Ese.

Bajo el tono, me miro, intento fijar sus ojos en los míos:

En un año y tres meses de relación nunca fui capaz de cagar en su casa. Un día lo hablamos. Y llorando ella y yo a mitad de camino entre la consternación y el constreñimiento decidimos que ya estaba bien.

No recuerdo el final de la historia. O no quiero recordarlo. Era tarde y hacía mucho calor. Y yo sudaba sin parar. Palabrita.

1 comentario:

belen dijo...

Una historia asi no se cuenta sin contar el final....los estrenidos del mundo te odiamos