Cuando sonó el timbre de casa me asuste muchísimo. En un año y medio lo he escuchado un par, o como mucho, tres veces, así que es normal que no este muy familiarizado con su sonido. Además ya nadie se presenta en una casa sin avisar, sin llamar por móvil. Así que la solución era sencilla: el cartero.
Ignore el timbre. Pero al parecer la persona que llamaba tenía algo urgente que decir y volvió a sonar. Y otra vez. A la cuarta me levante y descolgué el telefonillo.
-Si?
-Cartero, correo certificado para X
- No se equivoca, aqui no vive X (X no es mi nombre)
- Ese es el A o el B?
- Usted sabrá, usted es el que esta timbrando
- Ya es que no sé en cual...
La duda empezo a apoderarse de mí y asombrado como estaba abrí la puerta y comprobe que mi piso es el C.
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