Por supuesto que no lo sé. Pero el camino de la sabiduría se deja transitar. En concreto yo vi la luz en el autobús 49.
Señora Anciana 1 - siéntese hombre
Treintañero con muletas - No, tranquila. Estoy bien.
Señora Anciana 2 - Siéntese aqui.
Treintañero con muletas - No, no de verdad que estoy bien.
Señora Anciana 3 - Siéntese aqui
Treintañero con muletas - Gracias gracias pero no, de verdad - visiblemente agobiado-
Señora Anciana 1 - que este asiento esta reservado para gente con muletas, siéntese hombre
Treintañero con muletas - Me bajo ya, en la siguiente gracias - agobiadísimo -
Espontánea - hay que ver...solo la gente mayor ofrece el sitio
Señora Anciana 2 - Es que...
Señora Anciana 1 - No es de recibo la actitud de los jóvenes
Treintañero con muletas - (se baja del autobús con dificultad y resignado a caminar)
Espontánea 2 - Que también hay gente mayor muy maleducada, oiga
Anciana 3 - yo siempre cedo el sitio
Cuarentona muy desmejorada - No todos los jóvenes (!¡) somos iguales...
Espontánea - me hierve la sangre...
Y así el 49 siguio avanzando por Valdeacederas, amenizado en su interior por una conversación en la que la mitad del autobús estaba involucrada y yo (de pie en todo momento, claro!) supe que esto es ser madrileño.
Aproximación Salvaje al pueblo Francés
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