Así como Ulises casi enloquece con el canto de la Sirenas, otros no hemos tenido que pasar pruebas imposibles, otros no partimos nunca de Itaca, para (casi) enloquecer. El destino, más cruel y simplón, no nos permite que nuestro drama sea escrito en Odiseas. A otro, solo me basto, con dejar de escucharte para desembarcar en el puerto de la Locura.
Lowell Fulson
Talkin' Woman
(esta historia me recuerda al insomnio provocado por el Tam-Tam)
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