Porque el sueño no se compadecía de mi tristeza y porque el Tam-Tam siempre me visita en esas noches, noches largas, larguisimas. Tam-Tam rítmico y repetitivo. Tam-Tam que viene desde la Ciudad Corrupta y debería ser la banda sonora de la película del Apocalipsis, la música del final. Y mientras tú, Amor Mío, duermes a pierna suelta, con la mandíbula desencajada, yo escucho el Tam-Tam sonar al mismo ritmo de mi corazón y entonces me pongo triste, y como dije, el sueño no se compadece de mí y no tengo más remedio que subir las rodillas al pecho y escuchar, con horror, hipnotizado.
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