Frèdèric Beigbeder es detenido por esnifar cocaína en el capo de un coche (imitando a un personaje de Easton Ellis), en la vía pública y a la entrada de una discoteca, pasa unas cuantas horas arrestado, en condiciones durísimas, exageradas. Hay que darle un escarmiento. Es un Famoso. Será Aleccionador.
Los fantasmas de la soledad y el frío del camastro, llevan Beigbeder, a intentar esbozar los motivos, los caminos que lo han llevado a él hasta "el agujero". (En el camino, también relfexiona sobre que ha llevado a Francia (patria de la Libertad) a encerrarlo a él en "el agujero"). Como un juego de espejos, enlaza su historia con la de su hermano, un ganador, un hombre del Sistema, que lo conoce, que lo respeta, que esta en lo alto de la pirámide alimenticia.
Asi, como si se tratase de una larga sesión de terapia, como si fuese Tony Soprano recordando el día que le mintió a su madre en la cama del hospital, Beigbeder se adentra en los secretos de su familia, de su padre, de su madre, de su odiado/admirado hermano, de su casa en el país vasco, de la política, de las mentiras, de sus abuelos, de los pisos parisinos y las fiestas inacabables, de las estrecheces y de la opulencia, de los criados y de la pesca de gambas, de fumar y conducir a toda velocidad. De las generaciones que tuvieron un sueño y de las que no. De su hija que, según nos hace entender, no es más que una proyección de su pasado. De los vaivenes de Francia (o de su familia) desde final de la Guerra.
La historia de la familia Beigbeder es la Historia de Francia. La Historia de Francia es la Historia del siglo veinte en Occidente. La Historia del siglo veinte en occidente es la historia tuya o mía. Nuestra historia.
(Sin darme cuenta, y me sucede a menudo, he comprado y comentado tres números consecutivos de Anagrama. Larga vida a Anagrama)
* L'enfant terrible es una expresión que se utilizaba para denominar a esos niños que con sus preguntas inocentes, llenas de ignorancia, ponían en serios apuros a los mayores a la hora de responder. Con el tiempo la expresión ha pasado a ser para todo tipo de personas cuyas opiniones, formas o modos se apastan de los caminos más transitados, de la ortodoxia.
2 comentarios:
Ayyy me pone de los nervios este señor...dicen que sabe mucho de literatura eso sí. Si lo tienes en francés te lo robo :)
en fránces? no hija...en una muy buena traducción al español que si quieres te la dejo (tengo de Houllebecq, Vian, Minchon..etc) ;-)
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