lunes, 21 de septiembre de 2009

Memoria

A comienzos de siglo me hice fan de Paul Auster. Todo comenzo con La Invención de la Soledad. luego fueron cayendo todos, El Palacio de la Luna, Leviatán, La Trilogía de Nueva York, La Música del Azar, Tombuctú....
A comienzos de siglo gane un premio, pequeño, en la quiniela. Ese premio me convirtió en millonario por unos días. Y lo único que hice fue comprar un billete a Nueva York y gastarme ese dinero durante catorce días...
Camine por toda la ciudad con la esperanza de cruzarme con el señor Auster, de encontrarmelo en algún café escribiendo en una moleskine. Tambien tenía ganas de encontrarme al señor Salinger. Al pasar los días y no encontrarme con nadie fui bajando el listón, y deseaba encontrarme con Ray Loriga o con Muñoz Molina pero nada.....
Volví a Madrid con un montón de fotos, camisetas, algún disco y algún libro (The Book Of Illusions, y ese obra magna que es Underworld de Don DeLillo), alguna anécdota que contar "estuve en el CBGB"...
El olvido cayo con suavidad y cubrió mis libros de Auster de polvo y deje de pensar en las casualidades, en el azar...
Hace poco, encontré en un cajón, un cuaderno de cuando fui estudiante de Periodismo, antes de viajar a N.Y. Claro que en él no había notas ni apuntes, solo algunos intentos de cuentos, dibujos de genitales, fechas y teléfonos. Me entretuve hojeando el cuaderno un rato y leí un cuento que escribi (bastante malo por cierto), lo curioso es que el protagonista se parecía bastante a mí y ganaba un premio en la quiniela.....
No recordaba haber escrito eso.

1 comentario:

Señor Insustancial dijo...

Siempre tengo esa misma sensación cuando recuerdo mis viajes a NY.

Un saludo.