Me hubiera gustado ser detective de homicidios mucho más que ser escritor, de eso estoy absolutamente seguro. Un tira de homicidios, alguien que puede volver solo, de noche a la escena del crimen y no asustarse de los fantasmas. Tal vez entonces si que me hubiera vuelto loco pero eso siendo policía se soluciona con un tiro en la boca.
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