viernes, 25 de abril de 2014

Fargo

Una de las pocas cosas buenas (tal vez la única) de la muerte de Gandolfini fue la de erradicar la idea de una posible película que finalizara Los Soprano. ¿Cómo meter cientos de horas, tramas y personajes en un película? Al fin de cuentas una película no es más que un capítulo largo. Y los fans queremos temporadas enteras, maratones catódicas, morir de sobredosis. 


Otra cosa muy distinta es el camino contrario. Películas que querían reventar el corse del metraje, del cubo de palomitas. Universos apenas explorados de los cuales solo sabemos que queremos conocer más, enviar sondas, misiones tripuladas. Algunas por excesivas: Gans of New York necesitaría cientos de horas para situar a los personajes (y sobretodo a los televidentes) adecuadamente. Otras por mínimas: Fargo.

En medio de la nada puede suceder de todo. Un pueblo sepultado por toneladas de nieve. Donde lo anodino es norma y la vida es solo un trámite entre hipoteca y jubilación. Dicen que lo Universal no es más que la Esencia de lo Particular. Al fin de cuentas todos somos iguales ¿no? estamos sometidos a las mismas pasiones, los mismos miedos, las mismas alegrías. 


¿Hasta dónde se puede expandir La Historia Basada en Hechos Reales situada en Minesota en 1996? ¿Por qué si las dos historias son ciertas no son iguales? 

Tiene una pinta bárbara (tras haber visto los dos primeros capítulos) y un reparto exagerado. Sólo nos queda saber hasta donde se puede Aumentar y Corregir la Realidad...

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