Durante al menos cinco años, no existió frase que me repateara más que, "debes madurar". Esta y todas sus variantes. Madure, no sea infantil, no sea niño, dejesé de tonterías y demás flechas heladas que atravesaban el corazón de este cronista en su época adolescente. Una conjura en toda regla fue lo que sacudió a todas las féminas que habitaban La Blanca Estrella que Alumbra Los Andes en el quinquenio comprendido entre 1994 y 1999. Luego, el inminente Fin del Mundo, dejo a mi falta de madurez como un problema secundario.
El día a día respondía a una complicada ecuación, donde intervenían factores tan dispares como Picores propios de la edad, Bozo (ausencia y luego exceso), descubrimiento de Las Mujeres y su Loco Universo, frustraciones deportivas, urgencias por escoger una carrera para Toda la Vida, preocupación constante por encajar y al mismo tiempo destacar, Vestuario y decidir si entregarse a Vicios Varios. Y por si fuera poco, las chicas se empeñaban en abofetearme con frases cuyo núcleo central era La Madurez. Poco a poco se fueron uniendo, en plan gavillero, como buenos gorileros, atacando a mansalva, los profesores, los tíos, las tías, los padres. Llegando incluso a ser pronunciada, para pasmo y odio eterno, por alguno que se llamo Amigo.
El No Fin del Mundo relajo a todos respecto a ese tema. Bueno, y también que me fui de la Blanca Estrella que Alumbra los Andes. Eso me dio unos años más antes de abandonar el mundo de las Incertidumbres, me dio el chance de poder seguir riéndome sin miedo a ser tratado como un imbécil (en serio, ¿porqué se toma la risa como síntoma de imbecilidad?), me dejo actuar libre de compromisos y me impidió retrasar la llegada a mi vida de frases tipo "no te rías que esto es un tema muy serio".
"Algún día todo este dolor te será útil" trata de todo esto. O de nada de esto. Es una lectura recomendada. Es un libro breve que es la bomba. Es, como diría alguno que sabe, una Lectura Deliciosa. Es divertido sin serlo y es muy serio sin serlo. Tiene esa virtud, rara y excepcional, que convierte un libro en una conversación, en una platica amena, en donde escuchas la historia sin la menor intención de mirar el reloj, sin importar las prisas por madrugar.
A leerlo, carajo!
4 comentarios:
Me lo apunto para el año nuevo, a ver si el título es cierto...
Siempre me pasa lo mismo....recomiendo un libro y cuando alguien acepta la recomendación me entra un miedo atroz a que me diga: sinverguenza mi dinero!
Nooo, el que acepta una recomendación es con todas las consecuencias. Rasgo de madurez ;)
blueeee, cómo me gusta leer tus cositas!!!me parece estar oyendote con una birrita en la mano. Me hacen falta nuestros desparches domingueros y las charlas mundanas...y buena risa floja, aunque sea "muy serio"...un besote mi blue, i miss you
Sil
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