Afortunadamente todo salió bien. Desafortunadamente nunca sabremos cual hubiera sido el resultado de la idea original que tenía David Chase para Los Soprano. Tony vs Livia. Madre e Hijo iban a encontrarse en la corte: Livia con esos olvidos (in)voluntarios, Tony lleno de rabia, el capo luchando por controlar a su banda, su madre luchando por controlar a su hijo. El juicio, es lícito imaginarlo, hubiese sido épico. Y la serie otra.
La abuela de Caperucita no es
Empecé a ver Ray Donovan con la esperanza de ver a un macarra rompehuesos, de actitud chulesca, aficionado al putiferio y como mínimo borracho. Casi todas estas expectativas fueron cumplidas con creces. Pero afortunadamente la serie se llama Donovan, no Ray, Y Donovan hay, al menos, siete vivos y una muerta. Y la serie ha pivotado hacia estas relaciones (y vaya relaciones!) hermanos, hijos, abuelo, padre. Por si fuera poco, lo sitúan todo en el mundo glamouroso de hollywood, el mundo del hampa discográfico del hiphop, los sudorosos gimnasios de boxeo, la iglesia católica más sórdida, el FBI más perro y obviamente, los gánsters. Todo bajo el velo de la gracia lisérgica de un magistral Jhon Voight.
Dale Jhon, Sal a Bailar, que tu lo haces Fenomenal!
Daleee!