viernes, 7 de junio de 2013

La Masacre de Jonestown

La primera vez que oí hablar de la masacre de Jonestown fue a raíz de los Davidianos y todo lo que paso en Wako, Texas (Wako, dígase ue-i-ko, siempre se tiene que rematar con lo de Texas, dígase tek-sas. Es una ciudad con apellido, no vaya a ser que la confundamos con otra ue-i-ko) a mediado de los noventa. Una secta. Un Líder. Unos locos. Unos muertos. 


Jim Jones. Prodigios y milagros de un predicador apocalíptico. El título ya lo dice todo. El que quiera saber más del Reverendo lo tiene fácil. Las búsquedas arrojaran abundante material gráfico, de vídeo y audio. Especialmente sobrecogedor son las últimas palabras del reverendo, mientras hace que más de novecientas personas se envenenen y cometan lo que su anfetamínico y paranoide cerebro quiere: Un Suicidio Revolucionario.    


Lo edita esa editorial, que bajo la apariencia de una sociedad secreta, se dedica a revelar los mejores secretos de su tiempo, La Felguera. Una de las ventajas de habérselo comprado directamente a ellos es que te hacen llegar la Última Voluntad y Testamento del Templo de la Gente. 79/100 leo en la esquina superior derecha. Mi firma parece poco precio para lo que se me ofrece: La Vida Eterna.

2 comentarios:

Francesc Bon dijo...

Círculos que se cierran: eich, bi, ou, eich, bi, ou!! aquí

Azul Sanchez dijo...

Pues si...orbitamos alrededor de lo mismo...