No sabes, no tienes ni idea, cuál será el resultado. Es fácil, solo tienes que unir los puntos, siguiendo el orden numérico. Del uno, al dos, luego el tres y así.
Ahora se complica todo un poco más:
La misma pregunta siempre. La misma persona responde. Las respuestas varían. Cada punto a unir es una repuesta.
El resultado:
Tú. O al menos una imagen que todos convenimos en que te representa.
En los libros de (todo el mundo en pie) Evelio Rosero siempre encontramos ese momento álgido, ese desarrollo, esa explicación, que se nos presenta como una nebulosa onírica, una aparición etílica, una extraña realidad. Un momento Dimensión Desconocida, donde el desconcierto es la norma.
Aquí ya me lo invento:
es normal y lógico que un hombre culto, de letras, viajado, en definitiva: un pensador, encuentre que la lógica respuesta a la sinrazón en que todo un país se ha sumergido sea consecuencia de una mala borrachera, de esas de reventarse el hocico, de una de esas pesadillas donde caes al vacío.
Evelio Rosero es nuestro escritor colombiano favorito
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