No es posible saberlo todo. La naturaleza de los servicios de Inteligencia es así. Suposiciones, análisis, muertos, conspiraciones, traición, tensión, contra-inteligencia, intriga, personajes opácos y datos, muchos datos. Pero al final, por más que se quiera, es imposible saberlo todo. La certeza NO existe.
Para seguir Rubicon, la última serie de AMC (Breaking Bad, Mad-Men), no es necesario saberlo todo. Es imposible saberlo. Ni la serie te lo permitirá y, por supuesto, no es necesario.
La serie no da ninguna tregua, no tiene guiños al espectador. Las preguntas se suceden, casi que se amontonan, pero la trama avanza. Por lo visto hasta ahora, el esfuerzo, hay que hacerlo, vale la pena. Recomendada para los aficionados al thriller político, a las cloacas del estado, a los genios solitarios. La factura y los actores: impecables.
Destaca con fuerza la ambientación musical de la serie. Crea una tensión constante, un desasosiego, la sensación de que algo esta pasando. Me recuerda el inicio de "Con la muerte en los talones" o al de "Blue Velvet". Genial.
(El gran Marcos Martín-Vivaldi me puso en la pista)