Por ejemplo,
En Ventajas de viajar en tren de Orejudo, en determinado momento, la acción se sitúa en una calle de Madrid, una calle cercana a la plaza de toros, en una casa....pues se que esa calle es la calle Roma. En la novela no lo nombran pero TIENE que ser. Es un Pequeño Triunfo.
En 2666 se da un encuentro en Londres. El narrador se encuentra con un amigo que esta documentándose para su última novela. Una novela que sucede en Londres. Así que YO SÉ que ese es Rodrigo Fresán y que es una referencia a la novela Jardines de Kensington. Un Pequeño Triunfo.
Mientras leía El Reino me vino un golpe, uno de esos momentos en los que los ojos avanzan sobre las letras pero la cabeza vuela lejos, atando ideas, generando un Pequeño Triunfo. Y parece ser que lo que más me gusta es coleccionar Pequeños Triunfos, hallarlos, confeccionarlos, darles forma. Es claro que no tengo confirmación de que estas certezas sean tales*. Y esa es uno de los grandes logros, el avance definitivo, lo que coloca en cabeza a Pequeño Triunfo sobre cualquier otra afición que tenga.
En De Vidas Ajenas, en su primera parte, la del tsunami, la más cercana a Carrere, literalmente no pude dejar de leer. En cambio la segunda se me hizo un tanto farragosa, algo pesada y repetitiva. Casi lo mismo que con El Reino pero: en determinado momento Pablo viaja a una pequeña población, en aquel viaje, un viaje muy importante (siempre según Carreré) donde la soledad y lo inhóspito hacen de Pablo un hombre más sabio y más fuerte en sus convicciones. Ese pequeño pueblo, arenoso y alejado se llama Cesarea... (Ojalá salga de aquí un Pequeño Triunfo, Ojalá!!!)
*Como me gustaría volver a esa cafetería donde el camarero me pregunto que para que leía y no fui capaz de contestarle para conseguir Pequeños Triunfos, para que si no y dejarlo patitieso.