(Un poco cansados de tanta Literatura, tal vez de tanta Ficción, hemos buscado refugio en investigaciones, estudios e historia. El marqués y la esvástica. César Gonzáles-Ruano y los judíos en el París ocupado, nos ha dado tal ración de Realidad que nos ha dejado el contador a cero. Volveremos a la Literatura)
En el París ocupado hubo alguien que estafó a judíos para matarlos. Incluso tenía algún punto en común con Ruano: era un hombre culto, aficionado a las antigüedades y a los libros. Ejercía la medicina y aprovechaba la confianza que inspiraba su profesión para atraer a judíos ansiosos de escapar de París. Les cobraba unos 25.000 francos, supuestamente para financiar los gastos de los guías de la frontera, la estancia en lugares clandestinos, los papeles falsos y el soborno a gendarmes y aduaneros corruptos. Una vez recibida esta suma los recibía en su consulta, instándolos a que llevasen una sola maleta con sus pertenencias más valiosas. Después los encerraba en una habitación que había creado al efecto y les aplicaba una inyección letal (otros dicen que los gaseaba con un Zyklon B de fabricación casera). Se deshacía de los cadáveres aplicándoles cal viva y por medio de un horno crematorio improvisado en el patio de su casa. Fue el mal olor que provenía de esa terrible combustión lo que delató sus crímenes.
Nos referimos al doctor Petiot.
El marqués y la esvástica
Rosa Sala Rose
Plàcid Garcia-Planas